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Usar la línea de comandos en Linux para introducir órdenes te convierte en sospechoso a los ojos de la policía del estado de Massachusetts, que registró la habitación y requisó el material informático de un universitario de Boston, con tan peregrinas “argumentaciones jurídicas”.

El caso se las trae porque forma parte de una investigación de un correo electrónico que se mandó a una lista de correo de la universidad, en la que se indicaba que otro estudiante era homosexual.

Si el tema ya es absurdo de por sí, aún lo es más la argumentación policial para investigar al sospechoso: “Ha sido visto con ordenadores portátiles desconocidos, utiliza distintos nombres para iniciar sesión en su ordenador, y usa dos sistemas operativos, incluyendo uno que tiene una pantalla negra con letras blancas que utiliza para introducir comandos y que no es el sistema operativo habitual de su programa de estudios.

La Electronic Frontier Foundation se ha responsabilizado de la defensa de tal “delincuente” al que le han retirado varios ordenadores, un iPod y hasta el móvil, en una operación que incluía una orden de registro inválida para acceder a su habitación de la residencia universitaria.